La tela utilizada en los chalecos antibalas es un componente clave para brindar protección eficaz contra amenazas balísticas. Estas telas están diseñadas con materiales de alta resistencia y tecnologías avanzadas para detener y dispersar la energía de los proyectiles.
Una de las telas más utilizadas en los chalecos antibalas es fabricada con una fibra sintética llamada aramida. Esta tela ofrece una resistencia excepcional y es capaz de detener balas y fragmentos de explosiones. Además, es liviana y flexible, lo que permite una mayor movilidad al usuario.
Otro tipo de tela común es la fabricada con fibras de polietileno de alta densidad (HDPE). Esta tela es ligera y flexible, lo que la hace ideal para chalecos más cómodos y discretos. A pesar de su peso liviano, ofrece una buena protección contra impactos balísticos.
Además de los materiales utilizados, la construcción de la tela también es esencial. Las telas de los chalecos antibalas suelen estar compuestas por varias capas, cada una con una función específica. Estas capas pueden incluir materiales como fibras de aramida, polietileno, cerámica o metal, que trabajan juntos para detener y dispersar la energía de los proyectiles.
La elección de la tela adecuada depende del nivel de protección requerido y de las necesidades específicas del usuario. Los chalecos antibalas se clasifican en diferentes niveles de resistencia balística, como el nivel IIA, II, IIIA, III y IV, que ofrecen protección contra diferentes tipos de armas y calibres.
Además de la resistencia balística, la tela de los chalecos antibalas también puede tener características adicionales, como resistencia al agua, al fuego o a productos químicos, dependiendo de las necesidades particulares de uso.