En muchos sectores de Colombia, la seguridad es esencial, y los tejidos de blindaje juegan un papel vital en la defensa frente a impactos de balas, explosiones y otras amenazas. Estos textiles se emplean en chalecos antibalas, vehículos blindados y estructuras de protección.
En Colombia, las normativas de blindaje toman como referencia los estándares internacionales de la NIJ (National Institute of Justice) y se regulan a nivel nacional bajo la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
Clasificación de los niveles de protección de la NIJ
- Nivel IIA: Diseñado para detener proyectiles de bajo calibre como 9 mm y .40 S&W. Es una opción ligera y flexible, perfecta para generar protección sin afectar en lo absoluto la movilidad.
- Nivel II: Ofrece mayor resistencia ante impactos de 9 mm y .357 Magnum. Se emplea en los chalecos antibalas más avanzados.
- Nivel IIIA: Capaz de resistir municiones más potentes como .44 Magnum e incluso algunos disparos de escopeta. Es muy utilizado en chalecos de alto rendimiento y ciertos elementos de protección vehicular.
- Nivel III: Pensado para detener proyectiles de rifles de alto calibre como 7.62 mm. Se encuentra en vehículos y estructuras de seguridad.
- Nivel IV: El más avanzado de la clasificación, está diseñado para frenar municiones perforantes. Se utiliza en escenarios de riesgo extremo.
Blindaje en vehículos y chalecos antibalas en Colombia
Blindaje vehicular
Los vehículos blindados en el país deben contar con protección a partir del Nivel III, capaz de resistir disparos de rifles de alto calibre. Además, aunque la clasificación oficial solo llega hasta el Nivel IV, en Colombia se ha adoptado el Nivel V+, una categoría no reconocida por la NIJ pero utilizada en sectores de alto riesgo por su capacidad de soportar municiones perforantes y ciertos explosivos.
Blindaje de chalecos antibalas
Por otro lado, los chalecos antibalas están diseñados para distintos niveles de protección según el riesgo al que se enfrente el usuario. En entornos urbanos y de seguridad privada, los chalecos de Nivel IIA y II son los más utilizados, pues detienen proyectiles de bajo calibre sin comprometer la movilidad. Sin embargo, en sectores de mayor riesgo, se utilizan chalecos Nivel IIIA, que resisten disparos de .44 Magnum y ciertos impactos de escopeta. Para amenazas más severas, los chalecos Niveles III y IV incluyen placas rígidas capaces de detener proyectiles de rifles y municiones perforantes.
La elección del nivel de blindaje adecuado es clave para garantizar la seguridad en distintas situaciones. Desde niveles más bajos para riesgos moderados hasta protecciones más altas para escenarios extremos, cada opción responde a necesidades específicas. Evaluar cuidadosamente las condiciones y los materiales empleados en el blindaje es fundamental para lograr la combinación perfecta entre resistencia, movilidad y protección.